¿Sabes lo que es el servicio de
última milla?

La digitalización de las empresas y la presencia del comercio online es cada vez más palpable en nuestra sociedad, sobre todo desde el pasado confinamiento debido a la COVID-19. No poder salir de casa durante 3 meses supuso un trampolín para las ventas a través de comercio electrónico, y un aumento del volumen de trabajo en las empresas que se dedican al servicio de última milla. Según informa el estudio de e-marketer en el 2020, el comercio online creció hasta un 36 %.

Este nuevo e inesperado paradigma obligó a las personas a hacer la vida desde su casa, adaptándonos a realizar compras desde nuestro ordenador, tablet o móvil. Ante este auge, el sector de logística y transporte ha tenido que adaptarse a este nuevo escenario y prepararse para el boom de las compras a través de internet. Por eso, el reparto de última milla ha cobrado muchísima importancia desde esta eclosión del comercio online.

La última milla es el último paso en la cadena logística. Es decir, un servicio de reparto basado en la distribución de los paquetes desde que llegan al almacén hasta la entrega en la dirección acordada con el cliente. A este proceso también se le conoce como distribución capilar.

La gestión de la última milla con eficiencia es muy complicada, ya que, desde la salida del paquete del almacén, puede encontrarse con muchos obstáculos hasta llegar a las manos del cliente. En España, la entrega a domicilio es la opción preferida por los consumidores y menos del 10% de las entregas de e-commerce se realizan en puntos de entrega y recogida.

El riesgo del reparto de última milla para una empresa es doble. Ya que la satisfacción del cliente es determinante, porque paga y exige. Un retraso en la entrega o un paquete en mal estado puede ser crucial para la reputación de la empresa.

Otro factor para tener en cuenta es el ajuste de los costes; el número de drivers igual que el de vehículos de reparto, varían según la cantidad de paquetes y de la época del año lo que dificulta calcular los costes que implica este servicio. Además, hoy en día, el usuario final se ha acostumbrado al “envío gratis” y se acaba cargando a la empresa y no al cliente.

El auge del crecimiento electrónico cada día es mayor y tiene un efecto directo en esta fase del proceso de entrega. Al final, todos los factores que intervienen en su desarrollo tienen que converger en un mismo punto que lo haga rentable.

Para que la rentabilidad de este servicio hay varios factores que tener en cuenta, y no podemos pasarlos por alto. De este modo optimizaremos al máximo los recursos humanos, de transporte y el coste. De todos modos, cabe destacar que hay factores indirectos como el tiempo o el tráfico que siempre condicionaran su desarrollo.

La planificación de las rutas es crucial para el funcionamiento de la logística de última milla. Como hemos comentado antes, el número de conductores y vehículos variará en función del volumen de paquetes. Para optimizar correctamente las rutas es fundamental conocer la ciudad en la que se va a realizar la entrega, conocer al equipo de drivers y tener el equipo adecuado.

El tamaño del paquete y su contenido varía en cada caso, por lo que el tipo de transporte cambiará en función del tipo de paquete. Por ejemplo, no se puede utilizar el mismo vehículo para transportar productos congelados, paquetes de gran tamaño o que comida rápida. Gracias a la variedad del tipo de clientes de METHOD contamos con una flota de transporte que se ajusta a todo el tipo de paquetes.

Según los datos del informe de Zendesk: el 85% de las pérdidas de clientes debido a un servicio deficiente, se pudo prevenir. Por eso, en METHOD somos muy exigentes y nos ponemos en la piel del cliente para darle un servicio al más exquisito nivel. Las rutas están perfectamente optimizadas, una flota de transporte adecuada para cada situación y drivers preparados para mejor el ofrecer el mejor servicio en tiempo de entrega y perfecto estado